lunes, 26 de marzo de 2012

Fiesta de la Vida

El arzobispo de Buenos Aires, cardenal Jorge Mario Bergoglio SJ, exhortó a cuidar la vida, la del “más pequeñito, que apenas se ve en una ecografía” y la del “más anciano, añejo de sabiduría por haber caminado y trabajado con dignidad”.
Y rogó porque “tantos Herodes que se dan a lo largo del transcurso de una vida, no logren su cometido… tantos Herodes que no sólo no se ocupan de la vida de los demás, sino que la limitan, la acotan o la matan”.

El cardenal presidió una misa concelebrada en la catedral de Buenos Aires, colmada de gente, a cuyo término se rezó un rosario por la vida, el domingo 25 de marzo por la tarde.

El arzobispo llamó también a “cuidar la vida de aquel que se desvió: no condenar, rezar por él, hacer penitencia por él, pedir la misericordia de Dios por él”.

En palabras dichas sin leer, expresó que “el egoísmo nos lleva a apegarnos a nuestra propia vida, hasta tal punto de disimular la situación de peligro o de injusticia de otras vidas, vidas que están en camino, están por nacer, vidas que están creciendo y que corren el riesgo de caer en manos que les deformen en corazón”.

Se refirió a “la vida de nuestros chicos, las vidas de nuestros jóvenes, vidas que empiezan a trabajar y tienen que aprender a sortear las dificultades sin vender su conciencia, vidas a las que hay que acompañar y enseñarles a no venderse”. Y agregó: “Siempre hay un sobrecito tentador que se da a cambio de aceptar una idea o de hacerse el distraído mirando hacia otro lado”.

También habló de “los ancianos, que nos piden por favor que los cuidemos, que no los abandonemos, que no los despachemos para sacárnoslos de encima”.

Al concluir la misa los asistentes rezaron un rosario por la vida. El público ocupó todos los asientos y había mucho más gente de pie que sentada: en la nave central, en el crucero, abarrotado de fieles, incluso con chicos sentados en el suelo, y en las dos naves laterales, llenas hasta más de la mitad.

Previamente, grupos de jóvenes hicieron una caminata desde la plaza del Congreso, con un largo cartelón que decía: “No existe el derecho a matar, existe el derecho a vivir”. También llevaban carteles que decían “Sí a la vida”. Entre otros, había grupos del Frente Joven, la Red Federal de Familias, la Corriente Naranja y otras agrupaciones. Acompañaban su marcha con el repiquetear de unos tambores.

El grupo organizador de “Un rosario por la vida” está integrado por Inés Hary, Olga Muñoz, Stella Maris Bovera, María del Rosario Neuman, Gisel Riverti y Mirta Ponce.

“Un rosario por la vida” se realizó por primera vez en 2004 en la plaza Pizzurno, el día del Niño por Nacer, y luego se pasó a efectuarlo en la basílica de Nuestra Señora del Pilar. Desde su comienzo contó con el apoyo del cardenal Bergoglio, y en 2011 se efectuó por primera vez en la Catedral Metropolitana.

Al concluir la Misa, el cardenal, arrodillado en un reclinatorio, y todos los presentes adoraron al Santísimo Sacramento, y luego el presbítero Alejandro Russo, rector de la Catedral, dio la bendición con una gran custodia, entonando el himno “Tantum ergo”.

Se leyó un mensaje del nuncio apostólico con la bendición de Su Santidad el Papa Benedicto XVI animando a los hijos de la Iglesia en la Argentina a perseverar, apoyados en la gracia divina, en la protección de la vida humana.

Al comenzar la celebración, una soprano de nivel internacional, Haydeé Dabusti, cantó el Ave María, de Schubert, mientras era entrada al templo una imagen de la Virgen de Fátima que fue colocada en el presbiterio, cerca del altar.

Luego de la misa, los misterios gozosos del rosario fueron rezados por un matrimonio joven, una religiosa, una familia numerosa –padre, madre y seis hijos-, una embarazada y un matrimonio de abuelos que tienen 42 nietos.

Al final, todos cantaron el himno “Cristo, Jesús, en Ti la patria espera”.

Mensaje del papa Benedicto XVI
Al término de la misa, el rector de la catedral, Presbítero Alejandro Russo leyó la Bendición Apostólica enviada mediante el nuncio, monseñor Emil Paul Tscherrig, cuyo texto dice:

Su Santidad Benedicto XVI saluda cordialmente al Señor Cardenal Jorge Mario Bergoglio SJ, y a los organizadores y participantes de “Un Rosario por la Vida”, reunidos en la catedral metropolitana. El Santo Padre se complace por la feliz iniciativa y los alienta a perseverar en estos encuentros con Jesús y María mediante la meditación de la Palabra a través de los Misterios del santo rosario. Al mismo tiempo suplica al Todopoderoso que conceda a los hijos de la Iglesia en la Argentina que, apoyados en la Divina Gracia, colaboren sin desfallecer en la defensa de la vida humana, particularmente en la vida por nacer. Con estos deseos, encomendándolos a la protección de la Santísima Virgen María, que llevó en su seno al Redentor del mundo, les imparte complacido la implorada Bendición Apostólica.+

Fuente: AICA